martes, 28 de abril de 2015

Hacia el mar

 Ahí estaba yo, sentado frente a ese mar, dudando entre buscar fantasías en el callejón,  compartir vida tras puertas y ventanas, descubrir nuevo pensamiento saltando muros o enfilar directamente al mar y embarcarme hacia destinos conocidos o desconocidos. Entre tanto pensamiento decidí tirarme al mar, no sin antes fantasear en el callejón, compartir vida tras puertas y ventanas y buscar pensamiento e ideas infranqueables tras muros fáciles de saltar.

 Las fantasías de callejón me fueron fáciles de imaginar, casi siempre relacionadas con el sexo y la pasión, pero también con el crimen y la soledad. Compartir vida tampoco me fue mucho más complicado y por varias veces lo conseguí, también requiere sexo y pasión y unas cuantas cosas más que no seré yo quien decida enumerar. Pero lo realmente difícil es buscar y encontrar nuevos pensamientos, ideas y conocimiento con los que jugar tras muros que hay que saltar, yo todavía estoy ahí y no sé a qué lado del muro realmente estoy, el día que me ubique llegaré hasta ese mar, pero me temo, que de momento tendrá que esperar.

viernes, 24 de abril de 2015

Esperándote V


 No sé si te alejas o te acercas, lo que sí sé es que no te reconozco todavía. Eres como una sombra en mi destino, cargado ya de malas sombras que transportar, bueno… una más tampoco importa, esperaré a verte un poco más de cerca a ver qué tal resultas, lo mismo hasta me sorprendes y nos sorprendemos juntos. Ya veremos, dijo un ciego… pobres cíclopes ciegos, ya les dedicó una canción Buckethead, bien bonita por cierto, en su disco The Silent Picture Book, una maravilla de título y de álbum.

domingo, 19 de abril de 2015

Alma

 Tuve que cambiar mi vida para darme cuenta de lo equivocado que estaba, de la forma tan errónea que tenía de ver todo lo que me rodeaba. Cambiar una vida no es nada fácil, es mucho más fácil cambiar la mirada, cambiar la postura, pero yo no soy nada fácil, por no decir, que no soy nada práctico, así que, como no me gustaba nada de lo que veía cuando miraba, decidí cambiar mi vida. Al principio me costó un poco, pero luego me fui acostumbrando. Me dolían los huesos, me dolían los músculos, las vísceras y las arterias, no encontraba una buena forma de sentarme, por lo que pensé que la vida que llevaba no me sentaba nada bien.

 Al cambiar la forma de sentir mi vida descubrí un nuevo dolor que no identificaba ni ubicaba, ese dolor desconocido supuse que sería el dolor del alma, me concentré en él y logré que sólo me doliese el alma, ahora mi cuerpo está perfecto, ya no me duele ninguna parte material del mismo, ahora me siento como me da la gana y la vida me sienta de maravilla, espero que dure…