jueves, 31 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLIV)

  Llevaban allí ya varios días reunidas y debido a la emoción, responsabilidad e intensidad del momento histórico que estaban viviendo, el cansancio se notaba ya en sus rostros, por lo que decidieron tomarse un descanso y dedicarse unas horas a una actividad más distendida, cada una a la suya o compartiéndola, que para eso están las actividades, para hacerlas uno mismo o para compartirlas, el caso es que sean actividades y no inactividades.

  De vuelta a la mesa donde se estaba preparando el futuro de la humanidad, hicieron un pequeño repaso a todo lo que había acordado anteriormente.
Estaban de acuerdo en que el mundo tal y como lo conocían hasta ahora, se estaba deteriorando a pasos agigantados, debido principalmente a la devastadora y desafortunada acción de los hombres sobre él, y a la pasividad de ellas por permitírselo.

 También estuvieron de acuerdo en que tenían que poner remedio a todo aquello y que lo harían con total determinación, independientemente de las consecuencias que aquello conllevaría, por lo que determinaron que la mejor y única solución, aunque fuera un poco cruel, radical, drástica y cuantos adjetivos más quieran añadir, era recluirlos a todos, no, a todos no, pero sí a la mayor parte de ellos, en un lugar, cuyo nombre recuerdo perfectamente, llamado Pestaña, y allí los dejarían hasta…, bueno, realmente hasta ahí no hemos llegado aún. No sabían muy bien todavía si los dejarían allí para siempre o no, en principio yo creo que sí, que los dejarán allí sin poder salir nunca más, pero...Ellas deciden.

martes, 29 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLIII)

  Kerkel que era muy amiga del Gerente del hotel Hiz Spa&Resort, le llamó para darle la noticia de la compra y de la llegada masiva de supuestos turistas, y pedirle que hiciera el favor, debido a su gran experiencia en temas de alojamiento, de ir acoplando por allí a todos los que fueran llegando, que ya estaba todo pagado y que tampoco se esmerara mucho en hacerles la estancia muy confortable. Si necesitaba ayuda podía llamar al expropietario de la casa rural, que también tenía experiencia en esos temas y a Eldelfiel, que le ayudarían, además que Eldelfiel le hiciera un traje que ya lo pagaría ella y ya que estaba, que hiciera el favor de cambiar el nombre del hotel y poner el originario de Hotel Hiz Sol y Playa y que despidiera a todo el departamento de marketing, que a los hombres les mandara directamente a Pestaña y a ellas de crucero por el Caribe.

  El Gerente la felicitó por su reciente compra y le aseguró que todo se haría según sus deseos. También le informó de que lamentablemente en el departamento de marketing no había mujeres, a lo que Kerkel respondió que entonces mandara de crucero al resto de empleadas del hotel, rogándole y ordenándole a la vez, que de lo que viera por allí en los próximos días no hiciera ningún tipo de comentario, conjetura o lo que fuera, que cualquier duda que tuviera se pusiese en contacto con ella y que ya le iría dando más instrucciones.

  Para agilizar el plan y no demorarse mucho con la reubicación de los elegidos en Calma Yorka y ya que estaban allí todas reunidas, decidieron acometer sin más dilación la salida de las habitantes de allí e islas colindantes, para lo cual pidieron a Tistine La del Garde que abriera su caja.

  Como no querían llenar el Caribe de cruceros, a ellas las mandarían a recorrer otros destinos, destinos previamente seleccionados con todo lujo de comodidades y detalles. Una vez en los destinos elegidos, ellas se instalarían en ellos y se las procuraría cualquier cosa que necesitaran para que no les faltara absolutamente de nada, salvo una cosa, por la que todavía tendrían que esperar algún tiempo.

  Toda esta operación de dejar las islas totalmente vacías de cualquier elemento femenino, tendría que estar terminada antes del día 10 de agosto, de ese año que sigo sin recordar, para comenzar el traslado de los elegidos, salvados, privilegiados o como quieran llamarlos, a Calma Yorka.
Parecía que ya estaban todas satisfechas con la medida adoptada al respecto, ahora tenían que ver cómo hacer para mandar al resto de los hombres a Pestaña.

domingo, 27 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLIII)

  El lugar escogido para llevar a los elegidos fue Calma Yorka, que además pertenecía a Pestaña y no quedaba muy lejos de esta.
Decidieron que como Calma Yorka estaba rodeada de otras islas más pequeñas, estas las dejarían libres de gente, para así, cuando alguna o algunas quisieran reunirse con alguno o algunos de ellos, pudieran utilizarlas. Una vez usado el elegido o elegidos se les llevaría de vuelta otra vez a Calma Yorka.

  El traslado de los elegidos a aquel lugar era relativamente sencillo. Además como ya tenían allí los contactos del gerente del hotel en el que veraneaba Kerkel, el expropietario de la casa rural y a Tal Eldefiel, les podrían echar una mano con la reubicación.

  Antes de empezar con la recolocación masiva de la mayor parte de los hombres en Pestaña, harían primero el traslado de los supuestamente afortunados a Calma Yorka, principalmente, porque estos eran bastante menos y también pensaban que sería bastante más fácil de hacer, incluso les podría servir de ensayo de cara a todo lo que se les venía encima.

  Decidieron que cuando cada una de ellas regresara a su país haría la mencionada selección a su buen criterio, y siendo Calma Yorka un destino principalmente vacacional, a los escogidos se les enviaría allí de vacaciones pagadas a perpetuidad y sin retorno posible.

  Previamente Kerkel compraría esta isla y todas las de su alrededor, que era uno de sus sueños además, aunque tampoco imaginaba que para este fin, pero era su sueño y por fin lo llevaría a cabo. El presunto gobierno de Pestaña no pondría ningún inconveniente, es más cuando Kerkel les hizo la propuesta ni se lo pensaron dos veces y se la regalaron directamente, pues querían llevarse bien con ella y no contrariarla, sin pensar los pobres el destino que les esperaba.

  Iban a “salvar”, por llamarlo de alguna forma, y recluir en Calma Yorka a doscientos cincuenta millones de hombres, escogidos entre todos los países del mundo de manera proporcional a los habitantes masculinos de los mismos.

lunes, 21 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLII)

  No es nada fácil mover a tres mil cuatrocientos cincuenta millones de hombres desde todos los lugares del mundo a uno solo punto. Tarea delicada a la que se enfrentaban ahora. Además tenían que sacar a todas las Pestañolas de Pestaña, sin levantar la mínima sospecha. Esta misión se la encargarían a Colores Ladelpedal, que todavía seguía dando vueltas a su cadena con bolitas, a una mayor rapidez si cabe, y continuando con sus murmullos. Cuando por fin lograron atraer su atención le dijeron cual sería su papel en esta historia.

  Colores Ladelpedal tenía que coordinar la salida de todas las mujeres de Pestaña y que no se escapara ningún Pestañol de allí, el inconveniente para ella es que seguramente se tendría que sacrificar y quedarse allí junto a todos los hombres del mundo. Colores que era tremendamente patriota, lo aceptó estoicamente, añadió que seguramente muchas correligionarias suyas, muy patriotas también, se quedarían con ella para mitigar ese gran sacrificio que harían por la humanidad.

  Como no se fiaban mucho de Ladelpedal, Kerkel y Shi supervisarían las operaciones.

  Antes de ponerse a pensar en la mejor manera de llevarles a todos a Pestaña, se empezaron a oír ligeros murmullos, entre la mayoría de las presentes, como de desaprobación.

 -¿Qué ocurre ahora?-, inquirió Shi con autoridad. Una parte de las allí reunidas preguntó si  cuándo se hablaba de trasladar a todos los hombres a Pestaña, se estaban refiriendo a todos, pero a todos, todos.

  -Sí a todos, sin excepción, sin dejar a ninguno por ahí pululando-, contestó Shi.

  La mayoría de ellas no estaba completamente de acuerdo con tal decisión y querían abrir un debate al respecto, para ver si existía la posibilidad de poder salvar a unos cuantos.

  Había dos bandos bien diferenciados, por un lado estaban las que querían encerrar a todos sin dejar a ni uno fuera de Pestaña, que eran las menos, pero quizá las más poderosas. Dentro de este bando se encontraban Cuin, Shi y Pilari, esta última principalmente por sus experiencias personales, Cuin y Shi por convicción.

  Pero la mayoría era partidaria de salvar a algunos. Kerkel no tenía muy clara su posición pero era casi más partidaria de estas que de las anteriores.

 Después de largas, tensas y duras negociaones, llegaron a un acuerdo a propuesta principalmente de Kerkel.

  Decidieron que salvarían a algunos, pero que de ninguna manera les iban a dejar sueltos por ahí campando a sus anchas, sino que les reunirían en otro lugar diferente a Pestaña y en otro tipo de condiciones.

domingo, 13 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XLI)

  Sí, uno de esos lugares era Pestaña, que debido a todo el desaguisado que habían visto por allí Cuin y Shi, decidieron que era el lugar idóneo, que lo sentían mucho por el otro país afectado, pero que alguno tendría que ser el sacrificado, de todas formas a todas las mujeres allí residentes las buscarían acomodo en el lugar que ellas eligieran, porque espacio iban a tener de sobra.

  El otro país más pequeño, bastante más pequeño, que estaba al lado de Pestaña, se llamaba Fort Frugal. Estos dos países casi siempre habían estado pensando en unificarse pero por unos motivos u otros nunca veían la oportunidad, oportunidad que ahora se les presentaba y que no podían rechazar, aunque imagino que esa no era precisamente la idea de unión que pensaban.

  Todas las miradas se dirigieron hacia las representantes de aquellos países. Países, por cierto, en que el poder institucional de las mujeres era prácticamente testimonial.

  ¿Y quién eran las representantes que habían venido por esos países?.

  Pues por Fort Frugal, había venido una de las mujeres de más importante trayectoria en aquel país, que intentaba impartir algo de justicia en un mundo bastante injusto, pero que no siempre la dejaban desempeñar, Taula se llamaba, y tenía especial respeto hacia Cuin y Kerkel, que casi podríamos decir que eran las verdaderas dueñas de dicho lugar.

  Qué podemos decir de la representante de Pestaña, que hasta ese momento se había pasado el día dándole vueltas a una especie de cadena con bolitas pequeñitas que parecía contar una y otra vez, medio murmurando algo ininteligible, ella sabría el motivo. Poca cosa podemos decir de esta mujer que se llamaba Colores Ladelpedal, parecía que la dejaban tener algún poder en Pestaña, pero sólo era una ilusión, los que aparentaban tener el poder allí eran los de sotana, capa y capirote, pero quien realmente mandaba en Pestaña eran Kerkel y Shi, que para eso eran las verdaderas dueñas, más Kerkel que Shi, y que hasta el día de hoy, habían dejado un poco tranquilos a los dirigentes allí establecidos, a costa de la irritación y cabreo del resto, pero ahora que necesitaban ese país, por supuesto que lo iban a utilizar.

  Decidieron que ese lugar unificado se llamara a partir de ahora Pestaña, Fort Frugal ya lo trasladarían a otro sitio.

  Se votó para ver si ese finalmente sería el lugar elegido. Hubo 195 votos a favor y 2 abstenciones.

  Así que ya tenían también el lugar donde realizarían el mayor confinamiento de una especie. El confinamiento y reclusión de todos los hombres del mundo sería en Pestaña.

  Otro paso importante habían dado ya, ahora tenían que estudiar cómo realizarlo.

lunes, 7 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XL)

  A pesar de que la idea les pareció brillante a todas, no lo veían del todo claro. Lo primero que no les gustaba mucho fue que compartieran país hombres y mujeres, por mucho espacio que hubiera. Lo segundo, era el gran desplazamiento que tendrían que hacer para llevar hasta aquel lejano país a todos los hombres del mundo, con el incremento de costes añadido, además, no se podría llegar del tirón, habría que hacer escalas y eso también sería un inconveniente. Existía también otro problema, que era, que al ser un país tan extenso que casi es un continente, sería después muy difícil de vigilar para que nadie se escapara. Analizados todos estos elementos, todas llegaron a la conclusión que la idea era buena, pero el lugar no tanto.

  Pensaron, para empezar, que tendrían que buscar un sitio más cercano y que no fuera ni muy grande ni excesivamente pequeño, a ser posible que estuviera rodeado de agua por todas partes menos por una y que estuviera más o menos centrado dentro del globo terrestre. En ese momento Cuin y Shi se miraron fijamente como si estuvieran pensando lo mismo.

  Efectivamente estaban pensando lo mismo y en lo mismo, las dos se dedicaron una mirada de complicidad. Ellas ya tenían el lugar perfecto para su propósito, habían estado allí hace poco.

  -Nosotras-, dijeron casi al unísono Cuin y Shi, -hemos estado hace poco en un país que puede perfectamente cumplir todos los requisitos que estamos buscando, está muy bien ubicado, rodeado de agua por todos los lados menos por uno, de un tamaño y condiciones perfectas para nuestros fines-. –Pero ese lugar no lo compone sólo un país sino dos-, dijo Shi, pero enseguida la interrumpió Cuin, -bueno, casi tres, porque también yo tengo allí una piedra bien alta-.

  Todas se preguntaron qué lugar sería ese, aunque la mayoría ya tenía una ligera idea, debido a sus grandes conocimientos de geografía y sobre todo, a su afición por viajar y descubrir costumbres y lugares nuevos, en claro contraste con el inmovilismo endémico de los hombres actuales.

sábado, 5 de marzo de 2016

Caperucita nunca será devorada (XXXIX)

  En un primer momento pensaron en la idea que les dio Pilari, crear zonas habilitadas en sus respectivos países y meterles allí, pero la desestimaron porque las tendría demasiado ocupadas vigilándolos, y además tendrían que compartir país con ellos y aunque estuvieran encerrados no les apetecía para nada. No, no les convencía mucho esa opción.

  Shi, que a pesar de haber desistido de su principal y primera idea, seguía dándole vueltas al tema, propuso que se les cogiera a todos y se les arrojara al mar sin ningún tipo de miramiento. Todas miraron otra vez  a Shi y ya sin ningún temor le dijeron que no y que por favor se olvidara ya del tema. Además ellas no quería ver por ahí flotando los cuerpos de todos ellos, ellas querían seguir disfrutando del mar y de sus playas. Shi lo aceptó sin rechistar.

  En ese momento habló Juli Billar, proveniente del país por donde es difícil pasar a no ser que se vaya expresamente a él. Juli, que estaba siempre al lado de su gran amiga Cuin, comentó que su país era muy grande y que disponía de grandes espacios deshabitados y que allí perfectamente podrían meterlos a todos.

  Shi se mostró entusiasmada, la idea le pareció perfecta. –Además, una vez allí les quemamos y ya está, se acabaron de una vez por todas nuestros problemas-. Comentó.

  Las demás ya no sabían qué hacer con Shi, así, que con todo el respeto del mundo, le pidieron por favor que, o abandonaba ya ese tipo de ideas, o la ponían en el mismo paquete que a ellos. Shi, a pesar de todo su poder aceptó la sugerencia y se calló.

  Lo que sugirió Juli les pareció a todas muy interesante, realmente era una gran idea, pero que quizá habría que madurar un poco más. Decidieron que de momento y si a nadie más se le ocurría otra cosa, trabajarían en ella.