jueves, 19 de enero de 2017

Redes


  Intenté mil ángulos diferentes, perspectivas imposibles y siempre estaba él ahí delante, como si con él no fuera la cosa. Él, siempre protagonista, mostrando su soledad en un jardín de reyes, ante la imposibilidad de retratarse así mismo, y fotografiar cualquier bicho viviente que pulule por su campo de visión, opta por ser retratado por los demás, por figurar en un mundo en que sin imagen no se es nadie y sin colgarla en las redes (red, que explícita palabra) se es menos aún. Así que… ¿Queremos ser etiquetados, atrapados y además admirados por ello? ¿Tener presencia en un mundo virtual, renegando de lo real? Pues nada caballero, ahí tiene usted su foto publicada. Estamos en la época que estamos y no seré yo quien empiece a luchar por una causa perdida y menos con este hombre de aspecto rudo, frío como la roca y precursor de hipsters, que le ha dado por posar delante de mí, obviando todo lo que sucede a su alrededor. Usted se lo pierde.

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