domingo, 19 de abril de 2015

Alma

 Tuve que cambiar mi vida para darme cuenta de lo equivocado que estaba, de la forma tan errónea que tenía de ver todo lo que me rodeaba. Cambiar una vida no es nada fácil, es mucho más fácil cambiar la mirada, cambiar la postura, pero yo no soy nada fácil, por no decir, que no soy nada práctico, así que, como no me gustaba nada de lo que veía cuando miraba, decidí cambiar mi vida. Al principio me costó un poco, pero luego me fui acostumbrando. Me dolían los huesos, me dolían los músculos, las vísceras y las arterias, no encontraba una buena forma de sentarme, por lo que pensé que la vida que llevaba no me sentaba nada bien.

 Al cambiar la forma de sentir mi vida descubrí un nuevo dolor que no identificaba ni ubicaba, ese dolor desconocido supuse que sería el dolor del alma, me concentré en él y logré que sólo me doliese el alma, ahora mi cuerpo está perfecto, ya no me duele ninguna parte material del mismo, ahora me siento como me da la gana y la vida me sienta de maravilla, espero que dure…

No hay comentarios:

Publicar un comentario