Niebla y más niebla, cada vez que voy a Londres me ocurre
lo mismo, soy incapaz de distinguir más de un color, todo me parece gris, no
entiendo como esta gente puede vivir ahí, todo oscuro y sin un triste cartel
que indique que es lo que te puedes encontrar a cada paso que das. Por eso
cada vez que voy allí me resguardo en algún que otro bar y no salgo hasta que
mi vuelo me lleva de regreso, menos mal que tienen buena cerveza y mejor
whisky, si no, creo que no volvería más. Aunque algunos dicen que todo lo de la
niebla es una leyenda urbana sin ningún tipo de fundamento, yo no lo creo, lo
he comprobado unas cuantas veces y sé de lo que hablo, ellos dicen que no, que
todo es invención mía y que todo el envoltorio gris que veo cubrir la ciudad no
es más que una simple excusa para no alejarme de los bares.
Para
que veáis que el tema de la niebla es cierto y además confunde, Notting Hill
siempre fue un barrio lleno de lucha y reivindicación, cuna de The Clash y
lugar habitual de los Sex Pistols, hasta que llegó Roger Michell e hizo una
película allí que no quería hacer allí, sino en el barrio de Chelsea, mucho más
exclusivo y acorde con la historia que quería contar, pero una vez filmada,
disipada ya la niebla y dándose cuenta del error de su localización, no le quedó más remedio que
montarla, cambiar el nombre de la película y ya de paso, hasta dar un nuevo
formato al barrio, convirtiéndolo en lo que es ahora, un barrio de… jóvenes que
luchan denodadamente por reivindicar que llevar rolex, chanclas,
barba, porsche y moño en un mismo pack es cool.
Nota: Se me olvidaba, la foto no es de ese
famoso barrio londinense y lo mismo es lo único verdadero de toda esta historia.
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