La Policía del distrito comenzó a investigar en el entorno
del 17 De Rarin Street, debido a un aviso que les llegó desde la Jefatura
Central, que tras años investigando diferentes casos de personas desaparecidas,
reparó en el dato, de que un número muy significativo de las mismas, había
ocurrido por la misma zona. En total eran 97 casos, todos varones de edades
comprendidas entre los 35 y 54 años y a los que se situaba, como última vez en
ser vistos, en los alrededores de aquella dirección.
Durante tres meses, en los que desaparecieron tres hombres más, la Policía estuvo trabajando en varios frentes de
investigación, pero finalmente las sospechas se centraron únicamente en dos sujetos,
la vecina del primero y el portero de la finca, a quienes se interrogó de
manera exhaustiva, pero de los que en un primer momento no se sacó nada en
claro.
La vecina declaró, que efectivamente creía haber conocido a la mayoría de los desaparecidos, pero que ni mucho menos todos habían sido sus amantes, aunque si afirmó con total rotundidad, que todos, absolutamente todos, pretendieron serlo. También añadió, que a todos ellos los había rechazado por algún que otro motivo, que no tenía porque explicar, y que la causa de tal desaparición, pudo deberse, a que la desesperación de verse rechazados les hizo actuar de manera trágica y radical, pero que ella directamente no tenía nada que ver con aquellas desapariciones.
El
portero simplemente reconoció a algunos de los desaparecidos, según las fotos
que le mostró la Policía, confirmando que alguna vez los podía haber visto por
el portal, pero no aportó nada más, porque según afirmó, no sabía nada más.
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