Después de haberte dado todo, no has tenido ni un momento
de duda para no estar ahí. Tenías todo lo necesario a tu alrededor, comodidad,
lujo y entorno, no sé por qué no pudiste esperarme, a la mínima te largaste,
menos mal que no te llevaste la silla, así puedo llorar tu ausencia sentado y
no tumbado en esa hierba, que ni siquiera es hierba y se me clava en cada poro de mi cuerpo.
Aún
tengo la sombra que me conforta y me hace recordar, que en esa silla más de una
vez hicimos el amor, no sé cómo pudimos, imagino seríamos jóvenes y flexibles o
viejos e inconscientes, o tal vez éramos todo al mismo tiempo o no éramos nada, incluso podía no ser esa silla, el caso es que para una vez que te dejo sola te vas y no apareces más, a ver a
quién encuentro yo ahora para compartir amor sobre esa silla o cualquier otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario