martes, 10 de noviembre de 2015

Caperucita nunca será devorada (XV)

  Huy Shi, tenía 140 años, era una mujer muy poderosa, casi tan poderosa como Cuin y Kerkel juntas. A diferencia de estas, Huy Shi, que ya poseía un gran Imperio con más de mil millones de personas habitando en él, se había dedicado estos los últimos años, y aún hoy se dedica, a comprar y comprar más países, con lo que su poder aumenta día a día, y perfectamente podría arruinar los planes de Cuin y Kerkel a nada que se lo propusiera.

  Cuin y Kerkel se dieron cuenta enseguida de que habían cometido el error de no haber llamado a Huy Shi, y de que ésta podía haberse enterado de su reunión por la prensa o por cualquier otro medio de los que Huy Shi disponía, que eran muchos. Este sí que era un problema que tenían que solucionar con rapidez e inteligencia, cosas que ambas poseían a raudales, bueno, la rapidez no tan a raudales.

  Inmediatamente llamaron a Shi, que tenía un cabreo importante al enterarse de que estaban reunidas y no le habían informado. Se disculparon diciendo que todo había surgido muy deprisa, que intentaron ponerse en contacto con ella pero que no tuvieron éxito y que debido a la importancia del asunto no podían demorarlo por más tiempo, que jamás se les hubiera ocurrido reunirse sin su conocimiento y su consentimiento.

  Shi dijo que no le constaba que hubieran intentado ponerse en contacto con ella, pero no quiso profundizar más en este tema y dio por buena la explicación de Cuin y Kerkel. Estas le relataron brevemente lo que estaban planeado y la conminaron a que se reuniera urgentemente con ellas, que cogiera el primer vuelo al aeropuerto más cercano de donde estaban y que ya pasarían ellas a buscarla, eso sí, insistieron en que viniera sola y que no dijera a nadie el motivo ni el lugar de la reunión. Shi, dudó unos instantes pero al final accedió, cogió el avión más rápido de que disponía y para allá se fue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario