sábado, 8 de octubre de 2016

Caperucita nunca será devorada (LXXIII)

   Otro de los informativos, que intercalaban entre los anuncios, hablaba sobre la dejadez del alma en este tipo de acontecimientos. Los hombres se entregan a ellos sin reparar en el destrozo que puede acarrear en su espíritu y fe, con lo cual pedían encarecidamente, que se pusiera remedio a esta situación, solicitando a todas las religiones del mundo que enviaran a Pestaña a todas sus huestes, para evitar tal descalabro del alma.

  Con este tipo de informativos pretendían atraer a Pestaña a todos los correligionarios del mundo, los de las diferentes cruces, sotanas, capas y capirotes, dando por supuesto que a la hora de salvar almas y enrolar a cualquier despistado en sus filas, ellos serían los primeros en acudir a la llamada de los necesitados para encauzar sus caminos. Ellos vendrían todos, no permitirían que ningún alma se perdiera.

  Para llamar la atención del otro colectivo que les quedaba, los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, los de casco, porra y fusil, el contenido de los informativos era similar, sólo que estos, se suponía que en vez de venir a salvar el espíritu, deberían de salvaguardar la integridad física de las personas, cosa que a veces se olvidan de cumplir, equivocando el sentido de sus mamporrazos.

  Debido a la habilidad de Opera para transmitir información, los informativos deberían ser un rotundo éxito sobre todo en este colectivo. Todos los cuerpos y fuerzas de seguridad de los diferentes Estados, deberían parar sus actividades, incluidas guerras varias, y apresurarse a movilizarse para dirigirse, a la orden pertinente, con todos sus efectivos a Pestaña, para proteger principalmente a sus conciudadanos de la posible agresión de los ciudadanos de otros países.

  Confiaban en que también todos estos vendrían, ya que no permitirían que ninguna pelea empezara sin ellos participar. La ventaja que también tiene este colectivo es que no tienes que preocuparte por su traslado, ellos tienen sus propios medios de transporte y como siempre tienen ese afán de protagonismo tan peculiar suyo, seguramente serían los primeros en llegar a Pestaña.

  Opera lo tenía ya todo preparado, sólo quedaba apretar el botón, que dice On Air, y listo. El proyecto más grande jamás ideado empezaba su fase definitiva. Veamos cómo acaba, bueno, primero veamos cómo empieza y luego ya veremos cómo termina.

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