Pasaron un par de días
y allí no llamaba nadie. Cuin y compañía estaban empezando a preocuparse,
aunque se animaban pensando que debido al trasiego de gente y el revuelvo que
se debería estar formando, nadie tendría tiempo para llamar, estarían, tanto
los espías como sus colegas, muy pendientes de que todo saliera bien.
Al cuarto día sin
noticias de nadie, ya no pensaban nada, creían que su plan habría sido un
auténtico fracaso, temían hasta comunicarse con sus colegas y espías, por miedo
a las noticias que recibieran, pero tenían que hacerlo, no les quedaba más
remedio.
Su preocupación iba
realmente en aumento, se pensaban lo peor, que alguien se hubiera enterado de
sus planes y la venganza hacia todas las mujeres fuera tremenda, ni querían
imaginárselo. Ellas se sentían las responsables directas de todo lo que
ocurriera.
También quisieron
comunicarse con el Gerente del Hotel Hiz Sol y Playa, a él le suponían un amigo
y teóricamente no se aliaría con los hombres para ponerse en su contra, tal vez,
y aunque en Calma Yorka eran donde más aislados estaban ahora mismo, podría
saber algo. Inútil, tampoco contestaba nadie. Ahora maldecían haber destruido
todas las demás formas de comunicación.
El grado de
desesperación era insoportable, no sabían qué hacer, el desánimo se adueñó de
ellas, por fortuna, todavía permanecían unidas y convencidas de que su plan era
lo mejor para la humanidad. En lo que ahora sí que tenían serías dudas era en
que su proyecto se estuviera desarrollando con total éxito, quizá hubieran
fallado y todo se hubiera terminado, con la incertidumbre añadida, de pensar qué
es lo que les estaría ocurriendo al resto de mujeres del mundo si los hombres
se hubiesen enterado de su malévolo plan contra ellos.
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Recordamos nuevamente la ubicación de la Casa Rural |
Pensaron que tal vez
ahora sí que sería totalmente necesario que algunas de ellas salieran de la plácida Casa Rural, e
ir a ver qué es lo que realmente estaba pasando por el mundo. Cuin fue la
primera en ofrecerse a ir, por ser la que metió a todas en este necesario y
traumático proyecto, además, debido a su habilidad con el maquillaje y
facilidad en el vestir, se disfrazaría de hombre e investigaría qué estaba ocurriendo.
Shi, debido a su carácter, sin tener miedo a nada ni a nadie, también dijo que
viajaría por diferentes países para averiguar en qué situación se encontraba el
mundo en estos momentos. El resto, con un poco menos de decisión que Cuin y
Shi, también se ofrecieron para viajar y conocer qué estaba pasando.
A Kerkel le pidieron
que se quedara en la Casa Rural, primero por su estado de mujer embarazada, ya
que no le convenían para nada los viajes, además sin un médico cercano que la
autorizara, le sería totalmente imposible hacerlo. Segundo, por si se
restablecían las comunicaciones, alguien tendría que haber para coger el
teléfono, y tercero y último, porque, llegado el caso de que salieran con vida
de sus viajes y siguieran sin funcionar las comunicaciones, tendrían que volver
allí para encontrarse y relatar lo visto.
Cada una decidió ir a su respectivo país, menos Shi,
que visitaría varios países al mismo tiempo. Shi tenía mucho poder, y podía
hacer esto y más, pero de momento sólo iba a hacer esto.
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